miércoles, 16 de septiembre de 2009

Comprame.com

¡Requete súper archi mega miércoles mujer!
Sí sí, las entidades financieras, los locales comerciales y el bendito consumismo saben bien lo que hacen y cómo hacerme caer en la tentación una vez más. 10, 20, 30%... 3, 6, 12, 80 cuotas. Sigamos mirando que en cualquier momento te lo regalan diría una amiga mía.
Soy débil, muy débil. Es que LO NECESITO! A veces me miro desde una perspectiva exterior a mi persona, como si mi alma se hubiera escapado para mirarme y reirse de como me engaño vilmente a mi misma.

11:14 am "Ah, hoy tengo descuento en... todos lados! pero no no, ya no puedo. Si no ¿quién paga la tarjeta? Espero a que me cierre y voy el mes que viene"

11:16 am "bueno, me meto en la página a ver que hay nada más:
www.compramecompramecomprame.com"

11:19 am "ah, mirá, es acá a tres cuadras. En la hora de almuerzo me doy una vueltita"

No, si yo no soy compulsiva...

Top FIVE de frases consoladoras para consumistas compulsivas:
1) "Para algo me rompo el lomo laburando..."
2) "Si no lo hago ahora ¿Cuándo?"
3) "La última compra y dejo la tarjeta en casa"
4) "Es re barato ¿Sabés cuanto sale esto en realidad?"
5) "Me lo compro y ya me queda..."

martes, 15 de septiembre de 2009

Por decir algo...

Hoy, leyendo el diario por la internet y aburrida de las mismas noticias de siempre me encontré con el blog de una chica ya conocida por sus ocurrencias en la radio y quise ver de que se trataba. Para mi sorpresa no era nuevo y hacia rato que todos los dias posteaba un pequeño párrafo de situaciones cotidianas, nada del otro mundo ni para matarse de risa. Son como pensamientos que se le cruzan a todo el mundo por la cabeza, plasmados asi como brotaron, en una pantalla.
Pensé q estaba bueno, que era una forma de sentirse identificado con el resto, a veces está bueno saber que no soy la única loca que ante la desgracia de desatarsele los cordones mientras camina va mirándose los pies hasta llegar a destino para hacer notar a los mirones que ya se que los tengo desatados, solo que soy alta y muy torpe, por ende nunca se cómo agacharme para atarlos. Si no flexiono las piernas, parece q estoy provocando a algún oportunista para decir cualquier barrabasada y por qué no, para hacerla. Si me pongo en cuclillas me siento una infante aprendiendo a atarse los cordones, cosa que sospecho no haberlo hecho bien. Aunque sostengo que lo más osado de todo es intentar hacerlo cual acróbata levantando una pierna y haciendo equilibrio sobre la otra, ese día seguramente me sentí particularmente segura de mi misma y erróneamente creí poder hacerlo terminando invicta de verguenzas.
Dios bendiga al inventor del cierre...